fbpx

Umecit – Universidad en Panamá

Pablo Ledesma: el incansable luchador que nunca dejó de soñar

Por: Patricia Lozano

Con una sonrisa que refleja la serenidad de alguien que ha vivido intensamente, Pablo Ledesma, a sus 75 años, continúa construyendo su legado como docente, entrenador y eterno estudiante. Este hombre multifacético, nacido en una familia humilde, es un ejemplo viviente de cómo la perseverancia puede transformar vidas.

Un camino marcado por el deporte y la educación

Pablo inició su vida en la Ciudad de Panamá, pero a los seis años su familia se trasladó a La Chorrera, lugar que ha sido su hogar desde entonces. Su pasión por el deporte comenzó a los 17 años, cuando decidió que la lucha sería su camino. “Me consagré tanto que a los 19 años ya estaba en la Selección Nacional”, recuerda con orgullo. Durante una década, representó al país en competencias internacionales, destacándose en los Juegos Centroamericanos, Bolivarianos y Panamericanos. Sin embargo, su sueño olímpico fue truncado por decisiones administrativas de la época.

“Clasifiqué para una olimpiada en Moncton, Canadá, pero no me llevaron. Eso me marcó, pero me impulsó a seguir creciendo en otros aspectos de mi vida”, confiesa.

De luchador a mentor

A los 29 años, la Federación de Lucha le pidió que se convirtiera en entrenador. Fue entonces cuando su viaje como formador comenzó. “Fui entrenador de la Selección Nacional y recorrí América y Europa. Más tarde, un amigo me invitó a trabajar en boxeo. Ahí me convertí en preparador físico y fisioterapeuta, aprovechando los conocimientos que adquirí en múltiples seminarios”, comenta.

El desafío de volver a estudiar

A los 40 años, Pablo decidió retomar sus estudios, motivado por su trabajo como instructor de deportes en la Policía Nacional, institución en la que sirvió durante 25 años. “Siempre supe que la educación era clave. Entré a la UMECIT gracias al apoyo del rector, Alberto Nieto. Primero estudié Educación Física, luego hice un posgrado en Docencia Superior, y actualmente estoy por terminar mi carrera en Fisioterapia”, explica.

Su vínculo con la Universidad va más allá de lo académico. Pablo se desempeña como docente en UMECIT, transmitiendo su pasión por la educación y el deporte a las nuevas generaciones.

Un día en la vida de Pablo

Su rutina diaria es tan dinámica como su historia de vida. “Doy clases de béisbol, sóftbol, judo y otros deportes. Además, trabajo en la Policía y colaboro en la Comisión Técnica de Boxeo”, detalla. Incluso a su edad, su energía parece inagotable, y dedica tiempo a visitar a amigos, ayudar a quienes lo necesitan y seguir aprendiendo.

Un mensaje a los jóvenes

Para Pablo, la clave del éxito radica en la disciplina y la educación. “Hay que estudiar para superarse. Yo siempre les digo a los jóvenes: 0 drogas, full educación y deporte. Esa es la fórmula para una vida tranquila y sin vicios”, afirma con convicción.

Reconocimiento y gratitud

A lo largo de su trayectoria, Pablo ha entrenado a atletas destacados en lucha y fútbol, aunque admite que los nombres se le escapan. Sin embargo, hay algo que no olvida: su gratitud hacia el rector José Alberto Nieto. “Él es un pilar para mí. Gracias a su apoyo pude estudiar y crecer. No sé dónde estaría sin él”, asegura emocionado.

El futuro

Con su inconfundible entusiasmo, Pablo concluye: “Mis expectativas son claras: terminar mi carrera en fisioterapia y seguir aportando al deporte y la educación. Mientras tenga fuerzas, seguiré luchando, como siempre lo he hecho”.

Pablo Ledesma es, sin duda, un ejemplo de resiliencia y dedicación. Su historia inspira a quienes lo conocen y deja una lección imborrable: nunca es tarde para aprender y contribuir a la sociedad.